22 octubre 2009

POR LA REABILITACION EN EL MUNDIAL 2014

El comité organizador del Mundial 2014 firmó este martes un acuerdo con el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) de Brasil para el uso de ex presidiarios en la construcción o remodelación de los doce estadios del Mundial de 2014.

El acuerdo fue firmado por el presidente del CNJ y del Supremo Tribunal Federal, Gilmar Mendes, y el de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira, en una ceremonia celebrada en Río de Janeiro.
Bajo este programa, que persigue la reinserción de los presos en la sociedad, el comité organizador del Mundial de Brasil va a instar a las empresas privadas encargadas de la construcción o remodelación de los estadios a que reserven una "parcela" de empleos para ex convictos "que estén en paz con la Justicia".
"No vamos a obligar a nadie, pero estoy seguro de que las empresas van a atender la solicitud del comité", aseguró Teixeira a periodistas tras la ceremonia.
El dirigente futbolístico destacó que el Mundial creará miles de empleos que servirán como "puerta de salida para quien se perdió en el camino" y consideró que el programa servirá para "materializar el concepto de Justicia ciega e independiente".
Mendes reveló que la iniciativa partió del secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, durante una visita a Brasilia el año pasado, con motivo del Mundial de fútbol sala.
Entonces, Valcke conoció el programa brasileño de reinserción "Comenzar de nuevo" y vio la oportunidad de aplicarlo en la organización del Mundial, según aseguró el presidente del Supremo.
Además de dar trabajo a los ex convictos en la construcción civil, el programa prevé ofrecer cursos de formación profesional en los presidios para facilitar la recolocación del presidiario en el mercado de trabajo.
El "Comenzar de nuevo" forma parte de un programa más amplio del CNJ para estudiar la situación penal de los convictos y facilitar la reinserción de aquellos que están encarcelados de forma errónea.
Según datos del CNJ, el 30 por ciento de los 450.000 presos de Brasil no deberían estar entre rejas.
Desde agosto de 2008, cuando comenzó esta campaña, se han revisado cerca de 68.000 fichas penales, con el resultado de 12.000 presos puestos en libertad y otros 8.000 han obtenido diversos beneficios, incluyendo reducciones de pena.

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