Se fueron los tres puntos y el Mundial parece más lejos. Es doloroso, pero real. Pese a que el equipo metió, pese a que en el segundo tiempo apareció la rebeldía que este grupo ya había mostrado tener, no fue suficiente.
Sí, es cierto dieron el máximo para salir del pozo en el que se habían metido por no embocarle al arco.
Sí, es cierto dieron el máximo para salir del pozo en el que se habían metido por no embocarle al arco.
Sí, es cierto. Lucharon. Se repusieron, pero volvió a ser insuficiente.
Otra vez faltó lo que no puede faltar.
Y ya es una historia tan conocida como aburridamente insoportable.
Igualita a la de los últimos años.
El arquero rival se ataja todo y los celestes lo único que suman son oportunidades perdidas.
Es tan auténtico como fastidioso.
¡Si empezó de la misma manera que terminó! No se pueden desaprovechar las oportunidades.
Como la que tuvo a los dos minutos de juego.
Como la que tuvo a los dos minutos de juego.
Primera jugada para la celeste para matar y ni siquiera un rasguño.
Tan conocida como inagotablemente dolorosa.
Tan conocida como inagotablemente dolorosa.
Ya es piel. Ya forma parte del diario vivir del combinado charrúa.
De la misma forma que pasa siempre lo mismo en el arco oriental.
De la misma forma que pasa siempre lo mismo en el arco oriental.
Porque a los 8 minutos, distracción en el fondo y Venezuela, como antes fueron otros, no perdonó. El alma en pena le da paso a un dolor tremendamente agotador.
Parece un cuento de fantasía porque es una historia sin fin.
Va y viene. No termina de regresar. Se repite casi sistemáticamente.
similitud. Si será fastidioso que lo primero que viene a la mente es una similitud cruel.
similitud. Si será fastidioso que lo primero que viene a la mente es una similitud cruel.
Porque de tanto hacer lo mismo al final vamos a terminar utilizando una frase de cabecera de otras latitudes, aunque con una pequeña modificación.
Mientras algunos dicen: "Jugamos como nunca y perdimos como siempre", Uruguay va a tener que inmortalizar la ya célebre: "Rematamos igual que siempre y no ganamos nunca".
Pero faltaba la sombra que acompaña a Uruguay desde hace un buen tiempo.
Mientras algunos dicen: "Jugamos como nunca y perdimos como siempre", Uruguay va a tener que inmortalizar la ya célebre: "Rematamos igual que siempre y no ganamos nunca".
Pero faltaba la sombra que acompaña a Uruguay desde hace un buen tiempo.
Es triste. Es cansador.
Quizás es un castigo inmenso para un equipo que luchó con alma y vida, para un grupo que da todo por la celeste, pero ya hay que comenzar a preguntárselo. Porque esto cada vez se complica más.
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