03 febrero 2009

ES DIFICIL PERO NO HAY NADA IMPOSIBLE

Remontar un 0-4 sería una hazaña, un verdadero milagro para este Peñarol que llega golpeado (y castigado) en todo el cuerpo.
Porque más allá de lo que pueda dar o no el equipo aurinegro, está lo que da el conjunto colombiano.
Ya mostró sus armas. Es una escuadra veloz, con dinámica, con fútbol explosivo de mitad de cancha hacia arriba y con una contundencia envidiable en ofensiva, fundamentalmente, en jugadas de pelota quieta.
Peñarol tendría que sufrir una metamorfosis en todas sus líneas y encontrar un rendimiento supremo en tan solo siete días y el Medellín tendría que padecer amnesia futbolística total para ambientar una reacción del aurinegro en el Estadio Centenario.
Es difícil pero no hay nada imposible", dijo un optimista Julio Ribas en Los Aromos.
Y es cierto, no hay nada imposible en fútbol, pero la diferencia que logró Independiente Medellín en su casa parece ser inalcanzable para un Peñarol que está en pleno proceso de recambio y que aún sangra por las heridas propias y ajenas.
Esos cuatro goles de diferencia pesan una tonelada.
Son una brecha demasiado ancha como para apostar a una reacción que le permita llegar, aunque más no sea, a una definición por penales.
Los equipos cafeteros no cambian su forma de jugar ni de sentir.
Podrán recostarse un poco más atrás en el campo de juego, podrán especular, pero nunca renuncian a su fútbol, al buen trato de pelota y a su ambición ofensiva.
Además, el partido se les presenta ideal.
Con Peñarol tirado hacia su arco, habrá espacios, mucho terreno para jugar y correr.
Es lo que tiene la Copa Santander Libertadores.
Y más en estos duelos de ida y vuelta.
El que saca la mayor ventaja, da un paso gigante hacia la clasificación.
El secreto es conservar esa diferencia, mantenerla.
Peñarol llegó y se encerró en Los Aromos.
Allí montó su vigilia de cara al partido de esta noche.
El aurinegro intentará cambiar la pisada, buscará dar vuelta la historia por más difícil que aparezca en lo previo.
Habrá que ver qué es lo que plantea Julio Ribas.
Qué variantes introduce en el equipo y qué respuesta tendrá de los futbolistas en el campo de juego.
En el encuentro de ida, las pelotas quietas eran una obsesión y su equipo terminó perdiendo por 4 goles que nacieron de jugadas ya estudiadas.
Independiente Medellín también llegó y concentró a la espera del duelo definitorio.
Conoce al rival, sabe que no será el mismo que jugó en Colombia, pero confía en sus fuerzas.
Partidos son partidos. El de esta noche parece ser la crónica de una muerte anunciada pero, como dice Ribas, "es difícil pero no hay nada imposible".
A Peñarol le quedan 90 minutos de ilusión.

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