El tradicional clásico marplatense que disputan Peñarol y Quilmes fue
cancelado a tres horas del inicio, tras un acuerdo entre dirigentes de ambos
clubes.
El partido que debían disputar anoche Peñarol y Quilmes, en una nueva
edición del clásico marplatense de básquetbol, fue suspendido por pedido de
los dirigentes de ambos clubes luego de que no se llegara a un acuerdo con
el Coprosede en relación a los espectadores que podían acudir al Polideportivo Islas Malvinas.
El partido correspondía a la décima fecha de la segunda fase de la Liga Nacional.
cancelado a tres horas del inicio, tras un acuerdo entre dirigentes de ambos
clubes.
El partido que debían disputar anoche Peñarol y Quilmes, en una nueva
edición del clásico marplatense de básquetbol, fue suspendido por pedido de
los dirigentes de ambos clubes luego de que no se llegara a un acuerdo con
el Coprosede en relación a los espectadores que podían acudir al Polideportivo Islas Malvinas.
El partido correspondía a la décima fecha de la segunda fase de la Liga Nacional.
Luego del fallo dictado por el juez de primera instancia del Juzgado de Ejecución Penal 2, Juan Galarreta, que indicaba que simpatizantes de ambos clubes podían asistir al encuentro, una apelación presentada por el Coprosede en la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo con asiento en Mar del Plata hizo que se reviera el caso y que sólo los hinchas de Peñarol pudieran ver el choque.
Ante este panorama, dirigentes de ambos clubes pidieron a la Asociación de Clubes se suspenda el clásico, ya que simpatizantes de los dos equipos tenían los tickets y el dispositivo policial estaba previsto para la presencia de hinchas de ambos representativos.
El fallo impedía el ingreso de 4.000 hinchas de Quilmes a dicho escenario y
los directivos temieron la posibilidad de incidentes en las adyacencias del
polideportivo.
El dirigente de Peñarol, Armando Robles, aseguró tras esta resolución que
"esta acción es un tiro en la frente al clásico más importante que tiene el
básquetbol argentino".
Ante este panorama, dirigentes de ambos clubes pidieron a la Asociación de Clubes se suspenda el clásico, ya que simpatizantes de los dos equipos tenían los tickets y el dispositivo policial estaba previsto para la presencia de hinchas de ambos representativos.
El fallo impedía el ingreso de 4.000 hinchas de Quilmes a dicho escenario y
los directivos temieron la posibilidad de incidentes en las adyacencias del
polideportivo.
El dirigente de Peñarol, Armando Robles, aseguró tras esta resolución que
"esta acción es un tiro en la frente al clásico más importante que tiene el
básquetbol argentino".
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