04 enero 2009

SÍ, SEÑOR: SE PUEDE PERDER ASÍ

EL TELEGRAFO
Paysandú 3-4 Salto "No se puede perder así".
Después de remarla para dar vuelta el partido, de tener todo para liquidarlo.
No se puede perder después tener entre las cuerdas al rival de siempre, de tener la oportunidad de darle la estocada final.
No se puede pasar de la alegría incalculable a la más profunda tristeza ante las 3.500 almas que se acercaron al Estadio Artigas, pese a que el fútbol ya no es la atracción que fuera.
Pero más allá de todo, y sin entrar en contradicciones, es posible perder de esta forma.
Se puede dar vuelta un 1 a 0 en contra, se puede caer en forma explicable después de ganar 3 a 1.
Porque anoche Paysandú pagó caro sus errores; porque pasó factura el contar con un grupo juvenil que deja todo en la cancha, pero que fue superado por un grupo experiente, de hombres.
Porque Salto leyó mejor el pleito desde el banco que Paysandú, que terminó el partido sin darse cuenta que la mitad de la cancha se desmoronaba en el complemento tras el intenso trajín de la primera parte. Y porque ya nadie siente presión en el Estadio Artigas --más allá del propio Paysandú--, al punto que el árbitro del encuentro se dio el lujo de retornar sobre sus pasos después de amagar a cobrar un tercer penal contra la visita.
Por eso, el hecho de que Paysandú haya caído frente a Salto por 4 a 3, en el clásico de la tercera fecha del Apertura del Litoral Norte, tiene sus explicaciones más allá de todo.
Mientras que en juveniles igualaron 0 a 0, Paysandú y Salto.

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