29 marzo 2010

GRACIAS MUCHACHOS...

Estuvimos a solo un gol para llegar a la definicion por penales y lograr la hazaña a nivel del fútbol del Interior. En un final electrizante para Maldonado, Tacuarembó logró, luego de caer por 5 tantos contra 1 en el Domingo Burgueño Miguel, su pasaje a la final de esta VII Copa Nacional de Selecciones.


Fue un partido increible de los blancos.
El equipo de Pablo Anibal el cual había hecho suficiente mérito para abrir el marcador, comenzó ganando gracias a una definición de José Acuña a los 23 minutos.
Cuando parecía que se podía seguir de largo, una monumental habilitación de aproximadamente 80 metros de distancia de Sebastián Cuello dejó en solitario a Octavio Siqueira en posicion adelantada que fue detenido con infracción por Nicolás Alonso.
Cuello se encargo de mandar a la red y poner el 1 a 1.
Finalizando el primer tiempo luego de un invento de Danese llega el gol para poner el 2 a 1 y mantener la llama viva para el segundo tiempo.
El arranque de la complementaria fue un alubion Maldonado sobre el arco rojo.
Gregorio Silveira, luego de un saque de esquina al minuto de haber comenzado el segundo tiempo, aumentó la ventaja a tres goles contra uno. Precisamente tres goles separaban a Maldonado de los penales.
A los 60, El "Gaucho" Ruben Lima sentenció el cuarto tanto para los dirigidos por de León.
A partir de ese momento todo podia pasar Maldonado tuvo innumerables oportunidades para no sólo forzar los penales sino como para clasificar cómodamente sin intermediar los nueve pasos, pero el quinto gol llegaría en tiempo de descuento a través de una tijera en el área del propio Lima.
Tacuarembó por otra parte, tuvo en varias ocasiones la chance de cerrar el partido, pero producto de fallas en el último toque y sobretodo en la definición tuvo que esperar al final.

No se pudo, quedo ese sabor amargo de haber nadado hasta la orilla y morir allí.
Pero salvemos la actitud y la entrega de estos heroes vestidos de blanco...GRACIAS MUCHACHOS...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias muchachos, gracias Pablo Anibal De León. (por cortecía nomás).