EL MILLONARIO (NUESTRO)

River se ganó su nombre propio en Sudamérica: le sobró chapa en los noventa para borrar a San Lorenzo en su cancha y le sobró personalidad para definirlo después en los penales.

Así sacó una hazaña histórica contra un grande de Argentina.
Porta y Dos Santos, héroes de un equipo que va por más.

Afortunados esos cientos que estaban en la popular visitante del Nuevo Gasómetro.
Se llevan en la memoria, en sus propios ojitos, uno de los triunfos más grandes (acaso el más) de River Plate.
Y desde el miércoles a la noche es así: River Plate.
Nada del River uruguayo.
Acá lo sabemos desde siempre, pero los muchachos de JR le mandaron ese mensaje al continente: somos River Plate, el semifinalista de la Sudamericana.
No le sobró fútbol, pero con el que tuvo fue mucho más que San Lorenzo. Capaz que el local estaba muy confiado.
Si lo estaba River lo aprovechó. Si no lo estaba el mérito es mayor, porque con el 0-1 sellado desde que bajaron del ómnibus, los jugadores de la Dársena se plantaron para darlo vuelta de entrada.
La mitad de la cancha fue otra vez tierra de nadie.
Pero lo que más importa, la pelota, fue hija de River.
La tuvo, la intentó manejar y llevarla al área contraria.
Le faltó fineza en los últimos metros, pero terminó los 45 minutos siendo protagonista y haciendo de San Lorenzo un tímido actor de reparto, con Simeone desesperado por el nivel de su equipo.
La tendencia se hizo número a la salida del vestuario: a Porta le dieron la oportunidad y no perdonó, con un pique-definición electrizante que ya se transformó en un gol inolvidable en el Prado y la Aduana.
El gol no anestesió. River siguió buscando y casi termina la hazaña en los noventa minutos.
Hay que decirlo: los penales fueron un regalo afortunado para San Lorenzo.
Por eso la tarea ya estaba hecha, al menos espirtualmente.
Contra los pronósticos de había dado vuelta la serie con total justicia, ahora era tema de puntería.
Y en un rito que no terminaba nunca, Dos Santos tapó la bola de la hazaña (a Pintos, lamentablemente).
Después fue todo festejo, para los jugadores, para los cientos que estaban en la tribuna y para otros tantos que lo siguieron como pudieron.
Todos ellos saben que River, hoy, es el verdadero Millonario del continente.