Los brasileños se consagraron tetracamepeones al imponerse 10 a 5.
Por su parte Uruguay cayó con Portugal y terminó cuarto.
Tras una semana de intensa actividad, las arenas de Dubai, que recibieron a 16 selecciones, vuelven a encontrar la tranquilidad. Miles de espectadores siguieron los partidos donde no faltaron goles, festejos y lágrimas.
No hay quien baje a Brasil de la cima del podio, ni el debutante Suiza pudo detener a una veterana selección brasileña que tuvo en sus filas con seis jugadores que disputaron su cuarta final: Benjamín, Betinho, Buru, Mao, Sidney y André.
El seleccionado uruguayo no tuvo un buen comienzo, sin embargo, logró encontrarse con su juego con el pasar de los partidos alcanzando su máximo nivel en cuartos de final ante España.
Tras ese partido los celestes no volvieron a ganar y con dos abultadas derrotas, 7 a 4 en semifinales ante Suiza, y 14 a 7 frente Portugal, finalizaron en la cuarta posición.
En el cierre del Mundial, Uruguay abrió la jornada con el enfrentamiento con los lusos.
Los dirigidos por Venancio Ramos, que viajaron con el objetivo de meterse entre los mejores cuatro y tras lograrlo soñaron con obtener un lugar en el podio, fueron superados por Portugal, a quién habían vencido 2 a 1 en la primera fase.
Los celestes, que no mostraron la misma intensidad que en el primer partido ante los lusos, siempre estuvieron abajo en el marcador y no lograron contener a Madjer que anotó 7 goles.
Además, Portugal supo aprovechar los huecos que dejaron los uruguayos. El segundo tiempo, fue donde los portugueses lograron marcar la diferencia a pesar de los intentos celestes de achicar la distancia.
Se marcaron en total 10 goles en solo 12 minutos. En el tercer tiempo, Portugal siguió dominando y selló el 14 a 7 con el que no sólo se colgó el bronce, sino que el partido pasó a la historia ya que es el encuentro con más goles en la historia de la Copa Mundial de Beach Soccer.
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