19 febrero 2009

EL CLÁSICO VOLVIO A LA PREHISTORIA

DIARIO EL TELEGRAFO
Nota: el árbitro suspendió el partido a los 5’ del segundo tiempo por gresca generalizada.
Nota II: tras la suspensión el árbitro denunció la expulsión de Píriz, Piñeiro y Barga en Paysandú, y de Alvez, Di Nápoli y La Luz en Salto.
El fútbol quedó atrás para dar paso a la violencia pura.
El clásico entre Paysandú y Salto, enmarcado en la primera semifinal del Litoral Norte, se pintó de negro cuando adentro de la cancha se generó una batalla campal que tuvo origen en una cobarde agresión de Emilio Silva, que tras ser expulsado a los 4 minutos del complemento por un claro codazo, propinó un golpe de puño a otro jugador sanducero.
Y Paysandú reaccionó.
La sangre que comenzó a calentarse durante el compromiso, en el que Salto dejó en claro que vino a hacer su negocio haciendo uso de todas las herramientas posibles --lícitas y no tanto--, entró en ebullición ante la agresión de Silva que, no solo cumplió con su cometido de llevarse a un rival consigo, sino que terminó provocando una gresca generalizada.
Pasó de todo, y nada tiene justificación.
Piña va, piña viene, algunos intentaron separar y otros, como el técnico salteño Ramón Rivas, siguió echando leña al fuego guiando a sus dirigidos a los rivales, aunque siempre cuidándose de no golpear.
Lamentable.
Lo que debió ser una fiesta derivó en un clásico con un final aprubto e inesperado.
Un pésimo final.
Los más veteranos aseguraban en la tribuna que el de anoche fue un clásico como los de antes.
Pero quedó a la vista que se volvió a la prehistoria.
¿En lo futbolístico? Vale simplemente decir que Paysandú fue más en el primer tiempo, llegó en varias ocasiones y falló a la hora de definir.
Esa primera etapa terminaría igualada aunque, más allá de algún codazo de defensores salteños, nada hacía prever lo que sucedería a pocos minutos de iniciado el complemento.
Una lástima.

LOS VEDORES SERÁN CLAVES:
El informe que anoche redactaban los veedores será clave para lo que suceda con este partido clásico trunco por “gresca generalizada”, como establece el formulario.
Quedan 40 minutos por jugar y Paysandú intentará de todas maneras que el “pico” de este partido pueda disputarse.
Lo que está claro es que la revancha, pactada para el sábado en primera instancia, no se jugará ese día.
Primero habrá que definir qué sucederá con este primer compromiso que no llegó a su fin.
En tal sentido, será decisivo lo que denuncien los veedores que estaban presentes en el partido.
El árbitro, por lo pronto, dijo a la prensa que suspendió el partido por gresca generalizada y dejó constancia de que cayeron desde la tribuna dos proyectiles (piedras) que mostró a los presentes mientras era rodeado por la guardia policial.
El confidencial del colegiado establecerá que tres jugadores de cada bando fueron expulsados al ser identificados por haber participado de los desmanes, entre otras cosas.
A la salida del Estadio Artigas, la delegación salteña fue apedreada por parciales, que rompieron los dos parabrisas delanteros del ómnibus según estableció en una denuncia en la Tercera Seccional el chofer.
El presidente de la Liga de Salto, por su parte, dejó constancia en dicha seccional sobre lo sucedido al término del partido.

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