Ya está, ya pasó. Que convenía ganar, que convenía empatar, que el sorteo fue injusto, que uno llegaba más descansado, que hay intereses creados. Todos estos condimentos formaron parte del festival de especulaciones en la previa de San Lorenzo-Boca.
En el tercer minuto de descuento, del primer tiempo un cabezazo de Viatri, que rozó en Barrientos, superó la estirada de Orión y abrió el marcador en el Cilindro. Un golpe inesperado, justo antes de irse al vestuario. El ingresado Menseguez se enredó y tocó para un Solari que probó a García con su pierna menos hábil (derecha). La pelota pasó entre las piernas de Cáceres e insólitamente por debajo del arquerito que parecía tener todo bajo control. Se equivocó feo. El empate parcial dejaba fuera de carrera a Tigre y obligaba a Boca a vencer el martes al equipo de Cagna para dar la vuelta. El arquero de Boca descolgó un centro y sacó rápido de volea. Dátolo dominó y cambió de frente. Riquelme apareció por el segundo palo y tocó al medio. Palacio, que había entrado hace 13 minutos, cruzó de zurda a la red. Justamente en el segundo minuto de descuento llegó el mazazo. Viatri bajó un centro de cabeza, Chávez enganchó ante Ledesma y sacó un zurdazo cruzado al palo izquierdo de Orión. 3-1, fiesta loca azul y oro y chau a San Lorenzo, padre futbolero en el historial.
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