07 octubre 2009

SOLO CON GANAS NO VA

En 30 minutos Brasil hizo añicos una ilusión legítima.
Las ganas de los juveniles celestes no alcanzaron para suplir el exceso de voluntad y la escasez de precisión, si es que ambos defectos no son la misma cosa.
Volvemos a casa.
Buen tiempo para reflexionar.

La selección juvenil Sub 20 de Uruguay quedó eliminada del Mundial de Egipto 2009 tras caer categóricamente ante su similar de Brasil en cifras de 3–1.
El partido se resolvió a favor de los norteños en el primer tiempo donde llegaron a estar 3–0 a los 35 minutos del período inicial.
Un planteo conservador de Uruguay facilitó la tarea de Brasil que manejó el primer período a su antojo por lo que no fue de extrañar que Brasil abriera el marcador a los 20 minutos a través de su delantero Alan Kardec tras un yerro defensivo celeste.
Con un gol arriba, los brasileños desplegaron su tradicional juego de toque y desmarque ante un combinado uruguayo carente de juego colectivo y sin peso ofensivo.
La cifra se elevó a tres goles con dos anotaciones formidables a los 23 y 31 de juego a través de Alex Teixeira quien exhibió una técnica y velocidad imparable para la defensa uruguaya.
Vino el descuento de Uruguay a los 35 a través de Jonathan Urretavizcaya pero el gol fue un espejismo porque Uruguay no encontraba su mejor juego en ofensiva.
Pero al menos abría una luz de esperanza para el complemento.
Tras el descanso y con Brasil practicando varios cambios para preservar sus jugadores, Uruguay tuvo más la pelota y generó peligro sobre el arco brasileño pero más por juego individual que colectivo.
Uruguay metió y metió, y nuevamente Tabaré Viudez demostró su valía pero no alcanzó.
Por otra parte, cada contragolpe brasileño era un sufrimiento para los dirigidos por Diego Aguirre y si Brasil no aumentó el marcador fue simplemente por abusar del toque final.
Sin respuesta, movido por impulsos personales, Uruguay vio como se consumían los minutos e inexorablemente dejaba escapar la chance de seguir en el Mundial.
A los 41 minutos la luz de la esperanza volvió a encenderse para Uruguay cuando dispuso de un tiro penal que hubiese puesto el marcador 3–2 y con cinco minutos para jugarse al todo o nada en pos del empate.
Pero fiel a lo mostrado en este Mundial, otra vez Uruguay no acertó un penal como no acertó goles sencillos de convertir en sus anteriores compromisos.
El penal fue una masita ejecutado por Abel Hernández y allí sí el partido quedó sentenciado.
Tras el encuentro y luego de la formidable exhibición de Brasil, los botijas celestes seguramente recordaron el partido que dejaron escapar ante Ghana cuando le regalaron todo un tiempo a los africanos.
De haberlo ganado se evitaba enfrentar a Brasil en esta fase clave del certamen.

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